
La fotografía de Man Ray titulada “El enigma de Isidore Ducasse” es la base del estilo del artista conceptual Christo
Palabras clave: man ray , christo , dadaismo , surrealismo , conde de lautreamont , chirico , conceptual , enigma de isidore ducasse , ready made , reichstag , pont neuf
Hay un proverbio chino según el cual la originalidad consiste en copiar sin que se note. T. S. Eliot lo explicaba como robar ideas de otros artistas. Austin Kleon, en su libro “Roba como un artista”, distingue entre el buen y el mal robo. Robar ideas para después disimular la procedencia del botín.
Otra forma de explicarlo podría ser que la creatividad consiste en cambiar una o varias ideas de sitio. El cambio es mucho más valioso si ese nuevo lugar es otra disciplina artística.
La obra de los primeros surrealistas se aleja de lo “fantástico” y se propone causar extrañeza empleando objetos cotidianos. La pauta la dio Giorgio de Chirico al colocar en sus paisajes urbanos deshabitados, maniquíes en lugar de personas. Y antes que él Isidore Ducasse (escritor uruguayo más conocido como el conde de Lautreamont) cuando describió su ideal de belleza como “el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas”.
Al emparejar objetos separados por la utilidad y unidos por su ímpetu artístico, Lautreamont probablemente no se dio cuenta de que esta frase iba a ser la piedra angular del surrealismo, la vanguardia más influyente del siglo XX.
Man Ray es uno de los artistas más representativos del dadaísmo. Llegó a esta vanguardia de la mano de Marcel Duchamp, en Nueva York. De allí a París, donde se convirtió en el creador que trazaría los vasos comunicantes entre el dadaísmo y el surrealismo que estaba todavía en formación. En 1920, Man Ray realizó la fotografía “El enigma de Isidore Ducasse”. En ella aparece una máquina de coser cubierta por una manta ceñida por una cuerda gruesa.
La máquina de coser cubierta por una manta podría ser un objeto preparado para una mudanza. Si la cambiamos de contexto y la titulamos de manera sugerente, puede pasar por un “readymade” u “objeto encontrado” en sintonía con la obra de Duchamp.

Imagen 3: Man Ray, versión de“El enigma de Isidore Ducasse”.
Imagen 4: Christo y Jeanne Claude, Pont-Neuf envuelto (1985). Extraída de Wikipedia
Al ser ese objeto una máquina de coser, Ray crea además un vínculo entre la frase en la que se inspira el surrealismo y esta creación. No hay surrealismo sin extrañeza, y en este caso viene dada por mostrar un objeto oculto, por no ser capaces de comprender en su totalidad lo que vemos, del mismo modo que sentimos extrañeza cuando los maniquíes ocupan el lugar de las personas en las pinturas de Chirico.
A lo largo de todo el siglo XX, la escultura persigue la originalidad buscando nuevos materiales y texturas en detrimento de la habilidad técnica propia de la escultura clásica. Ocultar un objeto se convierte en una forma de escultura. Después de Man Ray, la artista surrealista Meret Oppenheim (que también fue modelo en varias fotografías de éste) realizó “Desayuno con pieles” donde cubrió con piel de visón una taza, una cuchara y un platillo.
Décadas más tarde, el artista plástico búlgaro Christo Vladimirov Javacheff (1935-2020) alcanzó el éxito internacional recubriendo con tela esculturas ubicadas en espacios urbanos; luego hizo lo mismo con edificios, también materializó obras de land art que no vienen al caso en este artículo. En Milán recubre el monumento dedicado a Vittorio Enmanuel en la plaza del Duomo, en París repite la ocultación con el Pont Neuf , y en Berlín con el Reichstag (parlamento alemán). La similitud con “El enigma de Isidore Ducasse” es evidente. Todos los detalles del objeto desaparecen y sus volúmenes quedan redondeados; la manta amortiguadora es sustituida por tela ignífuga; la presión de las cuerdas acusa las estrías de las dobleces, que se convierten en la nueva textura; al multiplicar el volumen de la ocultación, convierte lo que era una obra con el tamaño de una pieza de museo o de galería, en una muestra más del “arte espectáculo” propio del cambio de siglo. El cambio de tamaño reduce el parecido con la obra a la que roba. A ello se añade que la obra de Man Ray es tan descomunal y se expande en tantas direcciones, que “El enigma de Isidore Ducasse” queda relegada a un segundo plano. Un ejemplo más de que una obra de arte creada por un artista se convierte en el estilo de otro artista.

Imagen 1: Man Ray, versión de“El enigma de Isidore Ducasse”.
Imagen 2: Christo y Jeanne Claude, parlamento alemán envuelto (1971-1995). Extraída de Wikiart.org